El efecto mariposa
Esta mañana me levanté temprano. ¡Bien! Desperezarse con todo el tiempo del mundo, sin prisa alguna, es agradable. Llegué al baño y tras aplicarme espuma me dispuse a afeitarme. Con la primera incisión de la cuchilla me corté… en la nariz. Sí, sí, en la nariz.