No me gusta la leche desnatada con el café. Detesto escribir por el whatsapp mientras camino. No me gustan los cepillos de dientes sin tapa. No me gusta el olor a coliflor cocida. No me gusta pisar el césped descalzo. No me gusta el alarmante sonido del cercanías cuando anuncia el cierre de puertas. Odio despertarme con sueño en mitad de la noche.
Cuando te fuiste de casa los guardé en una caja de cartón. La verdad es que nunca te has preocupado mucho de tus cosas. Eres así, mitad desprendida, mitad desorganizada. Pero tus discos… no entiendo cómo no pensaste en ellos aquel día.