El susurro de los vientos
Cuando el último verso fue trazado, un viento del norte llegó silbando entre las ramas desnudas y se inclinó con gentileza ante el poema.
—Ven conmigo —le ofreció—. Te llevaré lejos, donde los ecos se convierten en canciones.
Pero el poema, aún fresco en su tinta, respondió con calma…
(continúa)