Fotografía
Estamos del revés
nuestras manos son de arena
de salitre, nuestra piel
a lo lejos una bola
de helado de naranja
se derrite.
Parece tan sencillo
caminar sobre la mar
y tocar el horizonte
con la yema de mis dedos
la línea que separa
de lo terrenal,
lo celeste azul, lo celeste cielo
línea que al tocarla vibra
igual que tú, aquel día
como la cuerda de un violín
orgásmica sinfonía.
Cuerpos que se elevan
tardes que descienden
almas que se besan.
Prueba una vez
y otra
y otra
y otra vez
el momento que se viene
romántica litografía
la respiración se aguanta
el músculo se tensa
y el tiempo se detiene.
Verano prolongado, verano inagotable
guardado en los adentros
verano interminable, verano permanente
un quiero cerca eterno.
Si esta vez sí, ¿entonces siempre?
Promesas convertidas en poemas
promesas derretidas como alas
y una pregunta suena,
en mi cabeza, recurrente,
sin respuesta, ¿de verdad es tan difícil
caminar sobre las aguas?
Eduardo de la +