Quizá regrese esta noche.
Esta noche sí, quizá.
Y remita esta lluvia interminable,
que ya no sé si es lluvia o llanto,
este caer eterno de agua y melancolía,
el cielo deshaciéndose sobre este manto
de hojas amarillas, ramas rotas y caminos vacíos.
Y los vientos dejen de silbar
y dejen de traer y de llevar
y dejen de buscar
entre los árboles desnudos y sequen,
por fin,
la humedad de la corteza,
la humedad de mis huesos.
Esta noche quizá regrese.
Y los grillos harán fiesta,
y el ulular de los búhos será una sinfonía,
y las hojas del suelo se pintarán de verde
y volverán a los árboles,
y la lluvia se sentirá piel y sabor dulce,
y la noche sonará a luz y será sol,
y el camino se llenará de ti.
Quizá esta noche regreses.
Esta noche quizá, sí.
Eduardo de la +