Así que esta es su madre.
Esta pequeña mujer.
Causante de ojos grises.
Barca en la que años atrás
llegó a la orilla.
De ella se extrajo
al mundo,
a la no-eternidad.
Procreadora del hombre
con el que saltaré sobre el fuego.
Así que es ella la única,
la que no lo cogió
ya listo, completo.
Ella misma lo atrapó
en una piel que conozco,
lo ató a unos huesos
escondidos ante mí.
Ella misma buscó con sus ojos
los ojos grises
con los que él me miró.
Así que es ella, su alfa.
¿Por qué me la mostró?
Nacido.
A pesar de todo, nacido él también.
Nacido como todos.
Como yo, que moriré.
Hijo de una mujer real.
Llegado de las profundidades del cuerpo.
Viajero a omega.
Expuesto
a la inexistencia
por todas partes,
a cada momento.
Y su cabeza
es una cabeza golpeando contra un muro
que cede hasta cierto momento.
Y sus movimientos
son anulaciones
de una condena general.
Entendí
que él ya había recorrido la mitad del camino.
Pero no me lo dijo,
no.
Sólo me dijo
─Es mi madre.