Todos los platos que rompí

Todos los platos que rompí,
todas las tazas de café
que derramé sobre mesas, libros, vestidos nuevos…
Todos las personas a las que herí
o partí en dos el corazón con un golpe certero de espada.

¿Me perdonarán algún día?
¿Lo harán?
¿Lo haré?

Si yo también estoy rota en mil añicos,
con saliva y sueños como único pegamento.
Si me sangran los pies de andar descalza
sobre esos cristales y trozos de loza que nunca barrí
por pereza.
Si mi ropa, mi estima y mi honra están manchadas
por la torpeza y prisa.

Si soy, si somos,
porcelana e insomnio.
Huesos quebradizos.
Corazones a trozos huyendo del acero y del daño.

Café y deudas.

Ana Elena Pena

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Entrada anterior Ensayo sobre el arte de las palabras
Entrada siguiente Quizá regrese esta noche