Noche de atención
excedida y agitada.
Fin de la novela,
últimos naufragios de mar confesional,
decorado e interior.
Novela lírica,
entrañas de un escritor,
cincel dorado y puntillista.
Tiempo intermitente,
frecuencia invernal,
geometría ennochecida,
orilla oscura
del día que termina,
zozobra de un alma
sugerida y sugerente.
Páginas concéntricas cerrándose
sobre sí mismas,
descanso merecido y diletante,
espera de figuras,
guindas y requiebros de lenguaje.
Sintaxis adornada de memoria,
arquitectura tipográfica.
Semántica mimada
de caprichos y colores.
Costas alcanzadas de arena,
aroma nubeloso de algodón.
Metamorfosis de éter,
ojos aguilados.
Bosques horizontales de lexemas,
caricias cantadas.
Hojas de literatura perenne,
rectangular y profética.
Palabras salientes,
untadas y engendradas,
guardadas en memoria
de buhardilla,
vertical y descendida.
Eduardo de la +